Desafíos de la joyería de oro

Los desafíos de la joyería de oro

La joyería es importante por diversas razones, y su valor trasciende más allá de su función estética. Por lo tanto, es vital que los expertos enfrenten correctamente los desafíos de la joyería de oro para confeccionar trabajos pulidos y de calidad.

La joyería de oro tiene un valor intrínseco que va más allá de su apariencia estética, por ende, es esencial que los expertos en el campo aborden de manera efectiva los desafíos asociados, siendo muy meticulosos en el proceso de crear joyas.

No nos olvidemos, de que las aleaciones de oro introducen sus propios retos a enfrentar, ya que al estar compuestas por muchos más metales, la escala se agranda, y más consideraciones entran en juego, con sus características y comportamientos específicos que se tienen que reconocer durante el proceso de fabricación.

Algunos de estos son encarados por los joyeros y expertos en el campo diariamente, y últimamente en sus manos está el resultado final.

Aquí trataremos varios de los desafíos más comunes en joyería de oro, y su impacto en este campo:

Corrosión y oxidación

La corrosión es un proceso químico mediante el cual un metal reacciona con su entorno y experimenta cambios en su composición, estructura y apariencia. Ahora bien, la oxidación no es más que un tipo de corrosión, solo que esta se limita a la presencia de oxígeno, que está en todos lados.

Estos dos fenómenos alteran la apariencia del metal, creando manchas y decoloración, removiendo la estética de la pieza.

Encima, tienen implicaciones en la resistencia mecánica, lo que significa que hace al metal más propenso a deformaciones y fracturas.

Un remarcable desafío de la joyería de oro es contrarrestar los fenómenos naturales que alteran el aspecto de los metales.

Desafíos en la joyería de oro

Afortunadamente, la reactividad del oro es baja, y tiene una alta resistencia química por parte de la mayoría de agentes corrosivos.

Sin embargo, el oro no es indestructible.

El oro es medianamente vulnerable ante el contacto con ácido nítrico (HNO) y ácido clorhídrico (HCl), así como con cloruros, bromuros, yoduros y cianuros alcalinos. No obstante son muy poco comunes.

Y tiene una alta resistencia química por parte de la mayoría de agentes corrosivos, siendo prácticamente inmutable por el oxígeno atmosférico y otros gases en el aire.

Si bien el oro puro no presenta mayor problema en este asunto, recordemos que las aleaciones son las protagonistas en la joyería de oro, y al presentar otros metales en su composición, pueden jugar un rol crucial a la hora de crear una pieza.

Existen metales que son utilizados en aleaciones de oro que presentan cierta reactividad ante ciertos agentes químicos, teniendo mayor susceptibilidad a corroerse u oxidarse.

Metales problemáticos

Los ejemplos más comunes son el cobre y la plata, que son componentes representantes de la mayoría de las aleaciones de oro, son propensos a oxidarse y corroerse ante ciertos reactivos, como agua, sulfuros, lociones, perfumes, productos de limpieza abrasivos, gases de combustión, etc.

Algunos otros metales vulnerables son el níquel, zinc y aluminio.

La presencia de estos metales en las aleaciones más comunes puede traer ciertos problemas a largo plazo. Afortunadamente se pueden hacer cosas al respecto.

Existen varias formas de prevenir o de tratar la corrosión y oxidación en las joyas:

  • Evitar contacto con la humedad lo máximo.
  • Usar perfume antes de usar las joyas.
  • Limpiar las joyas con productos para aleaciones.
  • Rociar con sellador en aerosol.
  • Utilizar bolsas transparentes por separado.
  • Aplicar recubrimientos protectores.

Adicionalmente, si vamos a adquirir una prenda nueva, podemos usar otros metales más resistentes en la aleación como el platino, paladio, iridio y rodio.

A pesar de los desafíos, estos fenómenos de corrosión son manejables.

Dureza y durabilidad

Sorprendentemente, el oro puro es un metal blando y maleable, lo que permite que el oro sea fácilmente manejable por los joyeros y artesanos.

Debido a su maleabilidad, el oro se puede moldear sin romperse ni agrietarse fácilmente, ayudando a crear diseños intrincados y detallados.

Además, dicha maleabilidad, es crucial en la técnica de engaste de gemas. El oro se puede pulir alrededor de las piedras preciosas para crear engastes seguros y estéticamente atractivos y agradables.

A pesar de esto, la ductilidad del oro es un arma de doble filo, su contraparte positivo permite una excelente confección de joyas.

Por el otro lado, puede ser muy riesgoso manejar oro completamente puro para la joya. Este desafío es de los más comunes que se presentan en joyería.

Problemas en joyería con el oro puro

Debido a su suavidad, el oro puro es más propenso a generar rayones y arañazos cuando entra en rozamiento con alguna superficie u objeto.

Asimismo, el oro puro puede sufrir deformaciones con el desgaste, paso del tiempo y uso cotidiano. Las joyas fabricadas con este pueden doblarse, abollarse o perder su forma original con facilidad.

Incluso con buenos cuidados, la suavidad del oro puro influye en un desgaste más rápido de las piezas, haciendo que muestre más signos de uso con mayor evidencia.

Un problema muy comprometido, viene cuando los engastes utilizados para sostener gemas y piedras preciosas pueden aflojarse más fácilmente, aumentando el riesgo que se caigan y se nos pierdan

Por esta razón, muchas joyas de oro están hechas de aleaciones que incluyen otros metales, de esta forma se consigue aumentar su dureza y resistencia.

Los anillos conformados por aleaciones, por ejemplo, suelen conservar más su buen aspecto ante golpes o uso continuo que sus contrapartes puras.

Pese a ello, no son completamente resistentes, así que igualmente necesitan cuidados y buenas prácticas para su conservación, pero son más viables que trabajar con oro puro.

Este es un problema muy grave en joyería, debido a esto el oro de 24K es de los más raros y poco usados, requiere de un proceso de creación muy complicado y tardado, además de su extrema vulnerabilidad con la joya ya hecha.

Todos los fenómenos mencionados anteriormente pueden afectar la apariencia y la durabilidad de nuestras piezas y son consideraciones importantes al seleccionar, cuidar y mantener joyas de oro. Existen muchas otras implicaciones con el oro en joyería, las trataremos en una segunda parte.

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